Como ya sabéis hemos participado en la Reebok Spartan Race en Madrid, un fin de semana cargado de emociones dejando atrás semanas de entrenamiento y muchos nervios porque desconocíamos a qué nos enfrentábamos.

El viernes día 29 de Mayo comenzamos nuestra aventura saliendo desde el gimnasio en varios grupos porque hemos sido 15 los corredores y algunos acompañantes que sin ellos no tendríamos las fotos tan chulas que tenemos de la carrera.

   
   

Llegamos a Madrid, nos fuimos a comer y decidimos hacer alguna que otra visita por la ciudad.

   

  

  

  

  

  

  

   

  

Como al día siguiente era la carrera no podíamos acostarnos muy tarde y nos fuimos temprano para el hotel, que aunque nuestra tanda de salida era a las 13:00 queríamos estar allí temprano.

Llegó el gran día, sábado 30 de Mayo, ese día que todos estábamos esperando, un buen desayuno y al metro dirección Rivas VaciasMadrid, lugar donde se celebra la prueba.

   

  

  

 

Y por fin llegamos, nervios, la adrenalina se palpa en el ambiente, el recinto está como a un km de la estación, y cientos de corredores van en fila hacia allí, cuando llegamos nuestras caras lo dicen todo, hoy si, hoy vamos a ser auténticos ESPARTANOS.

Lo primero recoger nuestros dorsales, la pulsera para poder correr y posteriormente dejar todas las cosas en las taquillas.

   

  

  

  

  

  

  

   

  

  

     

 
Todo listo, las 12:55 y nos vamos para la línea de salida, el subidón es ya algo increíble, el corazón a mil por hora, ahora si, ya no hay marcha atrás!

El speaker comienza con su discurso y en breve nos creemos que estamos en un campo de batalla, motivación a tope, 300 guerreros a punto de darlo todo…

    
    
Comienza la carrera,creo que ninguno de nosotros nos imaginábamos lo que nos esperaba, carrera dura, muy dura, con demasiada calor.

Quedan 13 kms y 21 obstáculos, desde el primer km empezamos a subir montaña, las piernas empiezan a bloquearse y  algunos ya van con los gemelos cargados, también mucha sed y muy poca agua durante la carrera.

Fosas con barro, cargar con sacos de arena por pendientes increíbles, monkey bars, arrastrar neumáticos, subir una cuerda a unos 5 metros, clavar una lanza, y para culminar la carrera, y para mi lo mas duro, reptar por el suelo durante unos 50 metros por debajo de un alhambre de espinos y barro para regalar, y cientos de corredores colapsando la prueba.

   
                          
   

  

  

Como era de esperar los 15 no pudimos llegar juntos, ya que había corredores que iban más rápido que otros, pero todos terminamos como auténticos guerreros.

   
            
      

  
              

Sin duda, una experiencia para recordar, increíble en todos los aspectos, y todos coincidimos en lo mismo, REPETIREMOS.

«El dolor es temporal pero la gloria es eterna».

Saludos  M.Rizo